Perfeccionismo vs. Excelencia

A veces pienso que para Dios, así como para un padre de niños pequeños, no espera que perfeccionismo sea la meta en sus hijos. Un padre disfruta la pasión de los niños tratando algo lo mejor que pueden y aún así, hay un sentido saludable de llegar a dominar tal desempeño y superarse.

Cuando mi hija Esther tenía 4 años y oía las notas de piano de la canción “Today” de Brian Doerksen, ella corría a nuestro piano y se sientaba a tratar de imitar la canción. La escena un disfrutar para ella y para mi.

En el rostro de Esther, podía ver la mirada como “perdida” de un músico analizando y procesando mentalmente los instrumentos que oye en la canción. Veía también su esfuerzo para poder expresarla con sus propias manos.  Aunque para cualquiera, se oirían “pianazos”, como su padre, pude ver la fascinación que ella experimentaba al “tocar para su papi”.  ¿Como no sentir satisfacción y delicia en la expresión de mi hija?

Ahora bien, esto no es por su profesionalismo, pero por la expresión de su pasión.  Y aun cuando ella ha crecido, no es su profesionalismo lo que me llena el corazón tanto como lo es el escuchar su honesta expresión…  Un corazón excelente.  Por el otro lado, si su profesionalismo mata su pasión, entonces, perdería la esencia y el real propósito de lo que misma esta tratando de hacer.

Tal vez inclusive se pierde la capacidad de realmente “decir algo” con el corazón…

No es la ejecución, pero la expresión.   No es el perfeccionismo, pero la excelencia. 

Con esto no quiero decir que ejecutar perfectamente no debe ser buscado,  simplemente perfección es secundaria a la excelente expresión de la pasión del corazón.  Este video explica mucho de lo que quiero decir:  Yo creo que uno puede seguir buscando ser mejor por amor a expresar mejor la pasión del corazón.  Expectación de empezar «perfecto» es simplemente irrealista.  A veces el comenzar con algo, especialmente aquello que quieres hacer para Dios, requiere empezar como niño.  Explorando y manteniendo el sentido de aventura.  Tal vez, lejos de ser un profesional, pero expresando como si fueras uno… pero sin chistar… ¡en camino a serlo! pero cuidando el no perder el corazón de niño que llevas.

Para serte franco, uno nunca deja de aprender.  Para conservar nuestra pasión, el permanecer como niños en lo que hacemos es muy importante.  Me explico: El pastor Bill Johnson dice: “Lo que sabes puede privarte de lo que debes saber si no permaneces novato”. Lo que podemos pensar saber, se nos puede subir a la cabeza y nos ponemos el letrero de “experto en…” y decidimos quedarnos en esa plataforma. No pudiendo movernos de allí, pues Dios no puede dar mas revelación o gracia por la condición de orgullo de nuestro corazón.

Un consejo mas: No te compares con nadie.  Acostumbraba decir al equipo de músicos y cantores de mi iglesia: “Siempre va a haber un músico mejor que tú y siempre habrá uno pero que tú. Pero nadie puede tocar la expresión que tu puedes tocar. Es única. Nadie tiene la canción que tu tienes para servir a tu Dios”.

Conserva tu sencillez para los hombres, y mantén tu pasión para tu Dios. Hay personas que por ser tan apasionadas, no les importa quien las vé. Estas ponen nerviosos a muchos. Esto lo considero hermoso, aunque me incomode.  Y cuanto más si cuando cantas, tocas, desempeñas tu trabajo, haces…  la presencia de Dios se manifiesta en tu pasión é invade el lugar donde estás expresando, lo cual se convierte no solo en una canción, pero en un salmo viviente de devoción a nuestro Rey.

En lo que hagas, que Dios se deleite con tu canción.  Dios te ama como Padre y ama tu expresión, si no, Él no te hubiera creado.  Tócale ó cántale una canción… Hoy.

Empieza ya… ¡No tardes!

 

-Job

4 comentarios en “Perfeccionismo vs. Excelencia”

  1. Que hermoso, verdaderamente me has levantado el ánimo al saber que el Señor no ve falta de profesionalismo, sino la expresión de mi corazón!!…Maravilloso!!!

    Me gusta

Replica a Job Arroyo Cancelar la respuesta